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VR Story

  • Marcos
  • 20 may
  • 3 Min. de lectura

Todavía no llegó el invierno y las temperaturas ya están coqueteando con el grado cero. A esto hay que sumarle las intensas lluvias y las comidas calentitas que muchos ya han comenzado a preparar. Guiso, estofado, sopa, locro, polenta... A otros también les agarra la locura por la cama y las series (recomiendo “El Eternauta”). Varios, por su parte, corren a comprarse un librito; ansiosos por sumergirse en un mundo nuevo. Y podríamos seguir eh… Escritores, músicos, pintores, artesanos… Todos bailando al son de la lluvia, el mate y las tortas fritas.


El otro día estaba pensando en cómo el mundo había cambiado tan radicalmente en sólo treinta años (prácticamente, mi vida toda). Llegué a la conclusión de que la humanidad había hecho bastante bien su tarea, salvo por una cosa: las redes sociales. Ahí es donde rompimos la percepción de la realidad y nos desconectamos de lo importante para empezar a ocuparnos de la vida y aventuras del otro. Nuestros chicos ya casi ni leen o se divierten fuera; sino que pasan dos, tres y hasta cuatro horas por día consumiendo reels, stories o vídeos sin un propósito marcado. La tecnología no es para atontarse, sino para potenciar las propias capacidades; y - por ello - hoy quiero homenajear a la tecnología dándole un buen uso. Bienvenidos a una nueva actividad.



La aventura de hoy consiste en crear una historia interactiva en donde los chicos puedan “entrar” y explorar sus escenas a través de videos en formato VR y códigos QR. Nos pondremos, casi literalmente, en la piel de los protagonistas; siendo que además trabajaremos un montón la creatividad y la resolución de problemas. Yo, personalmente, nunca vi una actividad de este estilo; así que me animo a decir que estamos innovando. ¡Vamos "Tecnologiar" caraj…!


Veamos un ejemplo de lo que se propone:


El sol del desierto caía implacable sobre la arena, pero eso no detuvo a Elías. Tenía el rostro cubierto por un pañuelo y los ojos protegidos por unas viejas gafas de explorador, heredadas de su abuelo. Frente a él, la pirámide se alzaba como un coloso dormido: antigua, silenciosa y cubierta de siglos de polvo y secretos.


Tras semanas de búsqueda, por fin estaba allí.


Con una linterna en una mano y su cuaderno en la otra, empujó una enorme losa de piedra que, según sus cálculos, debía ser una entrada oculta. Para su sorpresa, la roca cedió con un quejido de siglos, revelando un pasaje oscuro que exhalaba un aire seco y frío, como si dentro no hubiera pasado el tiempo.


—Es ahora o nunca —susurró, más para convencerse que por otra cosa.


Cada paso que daba dentro de la pirámide parecía hacer eco en otra dimensión. Las paredes estaban cubiertas de jeroglíficos que no coincidían con ningún idioma egipcio conocido. Algo no encajaba, pero eso no lo detuvo. Tragó saliva y continuó...

Imagínense, entonces, a un chico leyendo la historia de otro compañero; con su celular y el visor VR a mano, preparados para una posible inmersión en alguna escena del relato. Es totalmente maravilloso. Existirán partes de la historia en donde tendremos que imaginarnos todo el escenario que vamos leyendo (lectura tradicional sin imágenes de apoyo) y otras en donde podremos experimentar la situación en “carne propia”. Si esto no es un golazo de media cancha, entonces no sé…


Pueden aprovechar los cientos de videos VR que hay en Youtube a la hora de armar sus historias - que incluso hasta podrían servir como puntapié inicial - o bien pueden buscar videos normales e intentar convertirlos a formato VR (side-by-side) con algún conversor (online u offline). En mi caso, opté por armar una historia que involucrase una pirámide dado que ya sabía de la existencia del video de Egipto que les compartí. Por otra parte, los QR los pueden hacer fácilmente con un generador de QR online y descargarlos en formato imagen para luego colocarlos en el documento de texto de su historia (que, dicho sea, podrían hacerla hasta colaborativa si trabajan con Google Docs).



Por último, les recomiendo imprimir estas historias en papel para que así se combinen los soportes físico y digital; logrando que la actividad sea todavía más linda. Hasta podríamos agrupar todos los relatos de los chicos y terminar armando un libro interactivo… Un claro ejemplo de cómo lo tradicional y lo nuevo pueden combinarse para crear una experiencia maravillosa y diferenciada. ¡Demostremosles que el celu no es sólo para pavear, profes!



Les mando un gran abrazo a todos. Después me cuentan cómo les fue.


~ Marcos.

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